Cualquier infidelidad es injusta, y crea una situación de pérdida de confianza y dolor en la pareja, pero, ¿qué ocurre con la tercera persona?.
El amante o la amante es una figura en la que tendemos a no detenernos tanto, pero realmente es la que propicia la infidelidad, debiendo separar los casos en los que la relación sentimental o sexual se realiza sin saber que la otra parte tenia pareja, y en los casos en los que si se conocía por las propias manifestaciones del infiel o la infiel, o se podía sobre entender de la situación.
Pues bien, en el primer caso, en el que el amante o la amante desconoce que el infiel o la infiel tiene pareja, su comportamiento es perfectamente adecuado-
Pero, ¿y en el caso en el que lo sabe?.
A su vez, nosotros diferenciamos el caso en el que simplemente se tiene una relación sin más, caso en el que la persona que actúa mal es la infiel y no la amante; pero en el caso en el que la persona amante es la que provoca o propicia la relación, y el infiel accede a su propuesta, verdaderamente hay una mala intención por parte de la amante, de buscar algo con una persona que conoce que está comprometida, y precisamente es ahí, donde sin quitar responsabilidad ni culpa de la persona infiel, el amante o la amante es aún peor que el infiel.
Amante que rompe pareja y matrimonio 💔
En estos casos la persona amante pudiendo tener la relación libre que quisiera, opta por tenerla precisamente con la persona con la que no debe; en el caso de que se trate de un amor platónico, se podría intimar e ir cogiendo confianza, hasta el momento en el que la persona comprometida, en su caso, decidiera valientemente dejar a su pareja, para apostar por un nuevo amor; pues de hecho.
Las personas que se meten en medio de una relación pretendiendo quedarse con el infiel o la infiel, en muchos casos son dejados o dejadas en el futuro por repetirse la misma situación por meterse por medio otra nueva persona, ¿de quien seria la responsabilidad en ese caso?, desde nuestro punto de vista, vuelve a producirse la misma situación, con las mismas premisas y conclusiones.
El consejo, una vez más es hacer bien las cosas para no recibir aquello que injustamente nosotros hemos dado, pues como se suele decir, se suele recoger lo que se sembró.