
Es muy frecuente que las infidelidades de pareja se produzcan con el entorno de los miembros de la pareja, y en muchos casos con las amistades, en muchos casos el mejor amigo o amiga, personas con las que habitualmente se comparten momentos de complicidad y confianza.
En estos casos se produce una situación muy compleja, pues se quebranta la relación de confianza con nuestra pareja y con nuestra amistad.
A no ser que aceptemos el mantenimiento de una relación abierta o se acepte que el contexto en el que se ha sido infiel está a nuestro modo de verlo justificado, se puede continuar con la relación, pero de lo contrario, lo mas normal es dejar a nuestra pareja, a nuestra mujer o esposo.
¿Pido el divorcio?.
Las situaciones no suelen ser aisladas, sino derivadas de la naturaleza o tendencia de las personas, de manera que si ha existido una infidelidad, y lo que es mas aún, esta se perdona, se puede producir una situación de falsa confianza del infiel por considerar que si “le han pillado” una vez y no ha pasado nada, se puede arriesgar a volver a repetir otra situación de infidelidad repitiendo con el mismo o diferente amante.

Una de las cosas mas importantes en este caso es mantener la cabeza fría y sopesar las posibilidades sin precipitarnos tomando una decisión “en caliente”.
Debemos de valorar nuestra relación de pareja, pensar en aquello que nos ha llevado a emparejarnos, y si la esencia se mantiene o se ha perdido con la infidelidad.
Cada situación es muy diferente, y el hecho de haberse acostado con otra mujer u hombre no es algo insalvable si la relación verdaderamente merece la pena, sino una nueva situación que nos debería llevar a deliberar y valorar lo que tenemos y lo que queremos.