Divorcio por infidelidad con hijos

Un divorcio por infidelidad es complicado de gestionar por las connotaciones emocionales que suelen existir por la deslealtad. A pesar de ello, en un divorcio con hijos lo más importante es la protección de los hijos comunes, debiendo de dejar a un lado las connotaciones sentimentales de la ruptura, los reproches y los prejuicios.

Divorcio con hijos

La vida sentimental de los progenitores no debe de trascender ni condicionar el desarrollo paternofilial de los niños.

Es por ello que no debemos de condicionar a los hijos con cuestiones íntimas de la vida de los padres.

A los hijos les debe de dar igual que sus padres hayan tenido un inicio, desarrollo y final sentimental en un sentido u otro. Lo que deben de conocer los hijos simplemente es que sus padres les quieren y les van a acompañar en su crianza e infancia, sin que deba de ser contaminado ni influenciado por connotaciones derivadas de la ruptura sentimental.

Las dos personas más importantes para la vida de un niño son sus progenitores.

De hecho, si hipotéticamente cualquiera de los progenitores falleciera o no pudiera atender los cuidados de los niños, el otro podrá atenderlos. Por ello, no debemos de conceder a nuestra pareja como el enemigo o una persona con la que competir. Sino todo lo contrario, es la persona que quiere a nuestro hijo o hija, lo cual es muy valioso.

En un divorcio con hijos por infidelidad los sentimientos pueden estar a flor de piel y la mediación puede ser muy complicada, por lo que es especialmente importante contar con un buen asesoramiento matrimonial enfocado al acuerdo amistoso.

El asesoramiento no debe de realizarse cuando hay problemas, también antes de que existan con la intención de prevenir tensión y enfrentamiento. La infidelidad no es delito, no es algo que contar y trasladar a los hijos es algo que nos debe de hacer tomar la decisión que consideremos oportuna, ya sea seguir con nuestro matrimonio o separarnos o divorciarnos.